Uno de los complementos de novia más versátiles a la hora de crear un estilo u otro es el velo.
Históricamente se utilizaba cubriendo la cara para evitar el mal de ojo y las envidias de las solteras (en los matrimonios concertados para que el novio no rechazase a su futura mujer :O), pero con el tiempo esta tradición ha perdido fuerza y su utilización ha ido evolucionando para adaptarse a las nuevas tendencias y modas.
Si ya has decido llevarlo, entonces toma nota de estos consejos:
-Si el vestido es muy elaborado, el velo tiene que ser lo más sencillo y fino posible para que deje ver los detalles.
-Si optas por un velo rematado por cinta, su largo nunca ha de llegar a los dedos.
–Ten en cuenta la forma de tu cara y cuerpo a la hora de elegirlo o colocarlo, por ejemplo:
- Si tienes mucho pecho o tripita, el velo largo hasta los pies es el que más favorece.
- Si eres ancha de caderas o muy alta, opta por el medio velo (hasta los hombros o codos).
- Si eres ancha en general, elige un velo estrecho, sin mucho volumen.
- Para caras redondas o cuadradas, el largo como mínimo ha de llegar a los hombros y se recomienda que tenga volumen en la parte superior de la cabeza evitando los velos anchos.
- Si eres bajita y quieres ganar algún centímetro, colócalo en la parte más alta de la cabeza dejando al descubierto parte de tu pelo. Opta por velos cortos, sencillos y sin demasiado volumen.
– Si vas a llevar un velo largo o pesado lo ideal es colocarlo antes del recogido para evitar que se suelte. Se considera una opción perfecta para combinar con moños o peinados altos.
En resumen, existen infinidad de factores a tener en cuenta a la hora de elegir el velo pero ante todo no olvides que es un complemento más que ha de ir acorde con tu propio estilo.
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