La pedida de mano tiene su origen en el consentimiento que antiguamente necesitaban las novias de su padre para poder contraer matrimonio. Era el momento en el que se “negociaba” el matrimonio de la hija con la familia del novio y se hacía entrega de un anillo (u objeto de valor) como símbolo de compromiso o acuerdo prematrimonial y cuyo incumplimiento suponía una grave sanción en el siglo IX.
Es evidente que hoy en día no tiene sentido que nadie «pida» a nadie o que haya un elemento que nos marque como propiedad de otro. Simplemente se mantiene con los años con el objeto de que ambas familias se conozcan (si no lo han hecho ya) y sobre todo para hacer “oficial” la futura boda.
Para este caso, el protocolo establece que han de ser los padres de la novia los encargados de organizarla, pero en relación a los regalos de compromiso no hay ninguna imposición al respecto, aunque sí es cierto que sigue manteniéndose la tradición del anillo de diamantes y su colocación en la mano izquierda de la novia, porque para qué negarlo! sigue pareciéndonos taaan romántico :-)
Si queréis seguir con esta tradición, aunque sea sólo por tener un bonito recuerdo, ya sabéis!… y novios del mundo: recordad que si la mano de vuestra chica es pequeña o con dedos gruesos, los anillos planos o muy finos no favorecen ;-) Ah! y el anillo de pedida no se puede quitar hasta el día de la boda… dicen que trae mala suerte.
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