Otro de los rituales simbólicos más conocidos que puede sumarse a los votos matrimoniales tradicionales es la ceremonia de la arena. Seguro que ya habéis oído hablar de ella.
Su origen es incierto. Algunos la consideran una adaptación más o menos reciente de las ceremonias evangélicas o bien de las que se celebran en las playas hawaianas, pero también los hay que sitúan su origen en tiempos ancestrales, cuando los novios al casarse tomaban arena del lugar donde cada uno de ellos había nacido y la mezclaban en un recipiente para simbolizar su unión.
En cualquier caso, es un ritual que carece de sentido religioso y simboliza, al igual que la ceremonia de la luz, la unidad de dos personas en un proyecto en común, más grande y más fuerte.
Para su desarrollo se utilizan tres recipientes de cristal, dos pequeños con arena de diferente tonalidad o procedencia y uno más grande o con forma de reloj de arena.
La novia cogerá uno de los recipientes pequeños y el novio tomará el otro. Cada uno irá vertiendo toda su arena en el recipiente principal (aunque hay parejas que prefieren dejar una pequeña cantidad de arena en su frasco como símbolo de que siguen siendo personas independientes a pesar del matrimonio), mientras el oficiante lee un texto.
¿Qué texto? Esta es nuestra propuesta:
Oficiante: » Esta ceremonia de la arena ya hace más de cinco mil años era practicada por los novios que provenían de distintos reinos o tribus quienes al casarse cogían arena en el lugar donde habían nacido y la mezclaban en un solo recipiente para simbolizar su matrimonio, o lo que era lo mismo: el inicio de un pueblo más grande, con mayores recursos, territorios y cosechas.
Vosotros habéis decidido hoy unir vuestras vidas; de manera simbólica, formaréis un nuevo territorio, donde lo que se siembre y se coseche será de los dos. Seréis vosotros los que tendréis que pensar cómo lograr un crecimiento feliz y armónico de vuestro reino. Con amor, inteligencia, fuerza y sabiduría conseguiréis que esta nueva región que hoy se inicia sea próspera y feliz.
Pensad que todo el tiempo que os queda por vivir, a partir de hoy, lo compartiréis juntos y para siempre. Cada granito de arena que contienen los recipientes que en éste momento pongo en vuestras manos representa el tiempo, los años, días, minutos y segundos de vuestra vida en común, pero simbolizan también todo lo que habéis sido hasta hoy por separado.
Vaciad vuestra arena en este recipiente vacío y aquí quedarán mezcladas para siempre.”
Los novios comienzan a unir las arenas mientras cada uno pronuncia unas palabras.
Novia: “(Nombre del Novio) tú serás mi amor para toda la vida. Me uno a ti, mi corazón es como cada uno de estos granos de arena y hoy se funde con el tuyo”.
Novio: “(Nombre de la Novia), a partir de ahora somos uno. Como estas arenas, estaremos unidos para siempre”.
Oficiante:”A partir de hoy y durante el resto de vuestras vidas, compartiréis desde el amor, el respeto y la complicidad, cada grano del tiempo de vuestra vida.
«La importancia de conocer el tiempo», es la verdadera razón por la que vuestras arenas han sido vertidas en este recipiente. Aprovechad cada segundo que paséis juntos. Daros tiempo para conoceros mejor, para comprenderos… pero sobre todo para amaros. Esforzaros en vuestros trabajos pero no dejéis dedicar parte de vuestro tiempo a la familia y ver a vuestros hijos crecer, pero sobre todo, para hacerlos felices; no os olvidéis de los que siempre han estado ahí, cultivad nuevas amistades, recorred mundo… pero sobre todo no olvidéis que el tiempo no se puede desperdiciar, y si en algún momento el amor se quiere detener….moved este frasco y recordad todo lo vivido, porque los granitos de arena serán los mismos, sólo hay que dejar que fluya vuestro amor y así como se mueven y se acarician vuestros granos de arena, se moverá vuestra amor hasta el final de vuestro tiempo”.
No hay comentarios, Comenta o enlaza
Responde a “LA CEREMONIA DE LA ARENA”